Incluye
• Transporte en autobus comfortable
• Refrigerio en el autobús
• Brindis durante el trayecto tanto de ida como de regreso
• Almuerzo buffet en Pedernales
• Visita a los Patos de Barahona
• Permiso de Parque ( Bahía de las Águilas)
• Traslado en bote hasta Bahía de las Águilas
• Refrescante baño en el balneario de San Rafael
• Guía Profesional, acompañando el tour
• Equipo experto en turismo educativo-cultural
Bahía de las Águilas
Bahía de las Águilas es una parte integral del Parque Nacional Jaragua. Constituye el principal ecosistema de playa de baja energía protegida dentro del Parque. En sus aguas y en las de Cabo Rojo se encuentra la mayor densidad de careyes juveniles conocida del mundo. Esta zona se acaba de elegir en una reunión internacional como sitio de monitoreo para la región del Caribe, de esta especie críticamente amenazada
de extinción.
En la zona se encuentran los arrecifes coralinos mejor preservados del Caribe, según lo ha dicho el Dr. Apperldorm, principal especialista mundial en lambí (Strombus gigas) y ecosistemas marinos, de la Universidad de Puerto Rico. Es también una zona de cría del manatí antillano, otra especie en peligro crítico.
Los estudios que se realizaron por la Subsecretaria de Recursos Naturales de la Secretaria de Estado de Agricultura para proponer el área como protegida, incluyeron un estudio de las poblaciones y asentamientos locales. Estos estudios se realizaron entre 1981 y 1982, por el sociólogo Jesús Díaz, con inventarios de cada población existente. La inexistencia de asentamientos humanos en Bahía de las Águilas está bien documentada. Igualmente, se hicieron los estudios catastrales correspondientes.
Cualquier operación de asentamiento en papeles, y posibles ventas, se habrían hecho muy posteriormente a la existencia del Parque Nacional.
El Plan de Manejo del Parque Nacional Jaragua publicado en 1986 establece en su zonificación el uso extensivo/recreativo de Bahía con recomendaciones para su desarrollo. El Plan de Manejo Marino, realizado y propuesto por el Grupo Jaragua dentro del marco del proyecto GEF/PNUD/ONOPLAN (1997) hace recomendaciones para la zonificación y uso de la parte marina del Parque, incluyendo Bahía de las Águilas. En este trabajo, se caracterizaron los principales hábitats marinos, y se reconoce la fragilidad de la estructura costera marina de la zona. Esta mantiene en delicado equilibrio las arenas de las playas, más susceptibles a erosionarse que las de otras regiones del país.
Cabo Rojo
La Playa de Cabo Rojo colinda con Bahía de las Águilas. Estas playas excelentes, de varios kilómetros de extensión, son la alternativa que se propone para edificar los hoteles sin afectar al Parque Nacional Jaragua. Su calidad, como se puede observar es mejor incluso que la de la playa de la Bahía de las Águilas. Por ello es incomprensible que se pretenda destruir el Parque Nacional Jaragua pudiendo edificar los hoteles a menos de un kilómetro de la Bahía de las Águilas en terrenos no protegidos y con playas excelentes.
La Bahía de Cabo Rojo cuenta con una extensión de playas tres veces mayor que la de la Bahía de las Águilas. Mucho mejor comunicada, más cerca de Pedernales y con un muelle en el centro ya construido. Estas playas se pueden recuperar para el turismo simplemente cambiando de lugar la cantera que contamina toda esta área. Por si fuera poco además se está construyendo ilegalmente una cementera junto a esta playa. No es admisible destruir estas playas que son un tesoro turístico, y además destruir el Parque nacional Jaragua que está a solamente cinco kilómetros de este lugar.
La Perla del Parque Nacional Jaragua: El Hoyo de Pelempito:
Es una impresionante depresión, ubicada en el Parque Nacional Sierra de Bahoruco. Tiene una forma triangular de 2.5 kilómetros de ancho por 7 kilómetros de largo. Esta depresión es el resultado de varias fallas geológicas y el hundimiento de un inmenso banco de coral emergido del océano. En el fondo hay un bosque de árboles muy denso.
El fondo del Hoyo, que se encuentra a más de 700 metros por debajo del nivel en que está el Centro de Visitantes, tiene un área de 10.28 kilómetros cuadrados. El desnivel entre el Centro de Visitantes y el fondo del Hoyo hace que los árboles parezcan pequeños yerbajos, a la vista de los turistas.
El Centro de Visitantes, construido totalmente en madera, se encuentra en uno de los bordes, a una altura de 1,165 metros sobre el nivel del mar (más alto que Constanza) y tiene servicios sanitarios. Las temperaturas oscilan entre los 25 grados, al mediodía, y cero grados durante la noche, según las estaciones. Mientras, los vientos sobrepasan los 80 kilómetros por hora en algunos momentos del día.
El recorrido del Suuuur Profuuuundo:
Recuerde que vamos a donde casi no quedan carreteras ni caminos que recorrer, vamos a Pedernales, situado a 335 kilómetros de Santo Domingo, allí nos espera la inexpugnable majestuosidad del Hoyo de Pelempito y las arenas blancas, finas y sedosas de la playa de la Bahía de las Águilas, la playa de Cabo Rojo y el poblado de la cueva de los pescadores.
El camino es largo, como siempre debe ser cualquier vía que conduzca al paraíso. Antes de salir, asegúrese de incluir traje de baño, protector solar, cámaras fotográficas y de videos y su espíritu de aventura y correcaminos que quizás no ha usado por mucho tiempo.
Lo más recomendable es dormir en Barahona, para salir temprano hacia la zona de Pedernales. El viaje vespertino hasta la tierra de María Montez es una experiencia cultural muy rica, sobre todo para los niños y adolescentes que quizás no tienen mucha oportunidad de conocer la vida más allá de los límites de la Capital.
Salimos de la Plaza Francesa, en la Abraham Lincoln Esq. Paseo de los Locutores. A pocos minutos de viaje, está San Cristóbal, con sus pasteles en hoja, el balneario de La Toma, las montañas de Cambita y Loma Resolí y la cárcel de Najayo. Luego, en la carretera hasta Baní, los mangos banilejos que se venden a orillas de la vía en latas o en ‘‘poncheras’’, los cañaverales del ingenio Caei, el puente sobre el río Nizao
(que llena la presa de Valdesia de donde sale el agua para el acueducto de Santo Domingo) y los dulces de Paya.
Después de pasar la ciudad de Baní y admirar su limpieza urbana, el paisaje cambia de repente y comienza la zona de bosque seco, camino a Azua. En este tramo es importante admirar los puestos de venta de escobas, los quioscos donde se expenden cebolla y pilones de madera, la ‘‘cuesta del número’’ y, casi al bajar a ‘‘la plena de Azua’’, mirar la vista que nos ofrece el mar en la bahía de Ocoa.
Haremos un pequeño recorrido de la ciudad de Azua de Compostela, ciudad colonial desde donde partió Cortéz hacia la conquista de sus sueños que le llevarían a conquistar el imperio azteca .
De Azua a Barahona seguimos observando el bosque seco y las erosiones del viento a las montañas de tierra arenosa. Luego observamos la joya de Neyba y la ciudad de Barahona.
Después de pasar Barahona no vamos hacia la frontera sur, en esta carretera, que en una buena parte corre a la orilla de la montaña, hay algunos miradores que permiten solazarse en la contemplación de la ‘‘costa azul’’. (Una costa que recuerda las costas del Mediterráneo y/o del Pacífico Sur). Más adelante, San Rafael, el balneario de Los Patos, la hermosa playa de Enriquillo y la Laguna de Oviedo, famosa por las viajacas (tilapias) que los lugareños consumen casi siempre fritas. Poco después de pasar el pueblo de Oviedo entramos al Parque Nacional Jaragua en el cual se encuentra
tanto la Laguna de Oviedo como la Playa de Bahía de las Aguilas, uno de los grandes depósitos de flora y fauna caribeña.
A una hora de Oviedo esta Pedernales, comunidad en el extremo Suroeste del país, a 320 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo ha despertado el interés de todos, incluso de personas y entidades de las regiones más distantes de esta comunidad fronteriza (Allí está esperando el almuerzo, a la carta).
Después de almuerzo nos vamos al Hoyo de Pelempito, en el Parque Nacional Bahoruco. A la entrada de la reserva, hay un retén militar donde se compran los boletos para ingresar al área del Hoyo de Pelempito. En el camino hay que observar la flora, las aves, los senderos y la historia del Centro de Visitantes. El ascenso es casi continuo, hasta llegar a una altura de 1,250 metros. El clima es delicioso, porque sopla una brisa ligera y muy fresca. Después de 15 minutos más de trayecto, al fin!, el Hoyo de Pelempito… Desde el parqueo donde se dejan los vehículos, un sendero conduce en medio del bosque hasta el Centro de Visitantes, ubicado en un risco donde se puede, de una sola mirada, observar toda la apabullante majestuosidad del Hoyo de Pelempito y ver la naturaleza tal y como era hace mil años.
Luego regresamos a Pedernales, en donde nos espera la cena, la cama y tiempo libre para conocer el poblado.
En la mañana del Domingo desayunamos y partimos a Cabo Rojo, allí abordamos las lanchas que nos transportan a Bahía de las Aguilas en donde nadamos, nadamos, nadamos, hasta que regresamos a la cueva de los pescadores para un suculento almuerzo tipo buffet (mariscos). Luego partimos de regreso a Santo Domingo |